31.1.13

Giacomo Leopardi. El Infinito / L'Infinito

Siempre cara me fue esta yerma cumbre,
Y esta cerca, que de tanta parte
Del último horizonte la vista excluye.
Pero sentado y contemplando interminables
Espacios a lo lejos, y sobrehumanos
Silencios, y la profundísima calma,
En el pensar me hundo, hasta donde por poco
no se espanta el corazón. Y como el viento
Oigo susurrar entre las plantas, a aquel
Infinito silencio esta voz
Voy comparando; y me sobreviene lo eterno,
Y las estaciones muertas, y la presente,
Tan viva, y su sonido. Así en esta
Inmensidad se anega el pensamiento mío;
Y naufragar me es dulce en este mar.

Traducción: Martín Monreal


Tomada de www.lovemarche.com/recanati.htm


L'Infinito

Sempre caro mi fu quest'ermo colle
E questa siepe che da tanta parte
Dell' ultimo orrizonte il guardo esclude.
Ma sedendo e mirando interminati
Spazi di là da quella, e sovrumani
Silenzi, e profondissima quiete,
Io nel pensier mi fingo, ove per poco
Il cor non si spaura. E come il vento
Odo stormir tra queste piante, io quello
Infinito silenzio a questa voce
Vo comparando; e mi sovvien l'eterno,
E le morte stagioni, e la presente
E viva, e il suon di lei. Così tra questa
Immensità s'annega il pensier mio:
E il naufragar m'è dolce in questo mare.

Fotos de Recanati, lugar de nacimiento de Leopardi en http://www.lovemarche.com/recanati.htm

12.7.08

Kafka Entre los Perros


Quizá le causaría a Kafka mucha gracia la noticia de que un grupo de sus manuscritos inéditos haya sido encontrado en una casa poblada por perros y gatos, en Tel Aviv. Quizá entre estos bichitos se encontrara algún descendiente del protagonista de su cuento "Investigaciones de un Perro", para quien la pregunta esencial de la existencia era: "¿Por cuánto tiempo podré resistir el hecho de que el mundo de los perros está condenado al silencio y siempre lo estará?" (Leer la noticia)

9.7.08

Acerca de "Un Largo Camino: Memorias de un Niño Soldado" de Ishmael Beah

La guerra civil en Sierra Leona (1991-2002) dejó decenas de miles de personas muertas y forzó a un tercio de la población total del país a abandonar sus hogares. Aunque una de las causas principales del conflicto fue el control del comercio de diamantes, hacia 1998 Sierra Leona ocupaba el último puesto en el ránking de los países más pobres del mundo. (Seguir leyendo...)

25.6.08

Santa Bovary y Madame Antonio

Leyendo "Flaubert and Madame Bovary", de Francis Steegmuler, me doy cuenta de lo siguiente: Ya había oido decir que cuando Flaubert leyó el manuscrito de la primera versión de La Tentación de San Antonio sus amigos simplemente le dijeron que lo echara al fuego y se olvidara del libro. Siempre me había parecido un exabrupto proferido por un par de desaforados, impermeables contra todo aviso de genialidad artística, y ansiosos por salir a tomar algo y reventar las calles de Rouen. Parece que no fue así. Tanto Maxime du Camp como Louis Bouilhet hicieron lo que creyeron mejor para su amigo pero, más importante, con argumentos sensatos. El romanticismo exagerado del corso de figuras que desfilaban delante del santo convertían al libro en un mecanismo inmóvil. Fue Louis Bouilhet quien le recordó a Flaubert la anécdota de una mujer del lugar, casada con un mediocre estudiante de medicina (el papá de Flaubert había sido profesor suyo), que había buscado refugio de su aburrimiento en el encuentro con numerosos amantes. Murió joven, enferma. Su marido, después de enterarse de todo, se quitó la vida. A Flaubert le pareció una idea horrorosa, abominable por lo bajo de las situaciones, lo poco atractivo del escenario. ¿Qué tenía él que ver con toda esa miseria atraída a su vida por un par de burgueses a causa de su propia mediocridad? Jamás lo haría. Sin embargo, después de intentar escribir el relato de una mujer que quiere acostarse con un Dios, de bocetar una nueva versión del Don Juan, y de ver que no podía avanzar con ninguno, se sometió a lo que parecía ser su destino. El experimento (que le llevó cinco años concluir) funcionó en parte por lo siguiente: Flaubert logró hacer que todo su lirismo y toda la sensualidad de su prosa (que en San Antonio desbordaba el pequeño marco de su historia) fuese por debajo del tema, por así decirlo, inyectándole vitalidad a los paisajes y las personas entre las que transcurría su vida, y que en manos de otro escritor hubiese resultado meramente una anotación de anécdotas contemporáneas. A veces la disciplina de un escritor llega en formas inesperadas: Beckett comentó que escribir en francés le resultó benéfico porque su vocabulario era más limitado que cuando escribía en inglés; las novelas más importantes de Nabokov son, probablemente, las que escribió en su exilio americano; Shakespeare escribió porque necesitaba algo nuevo para presentar en su teatro. Flaubert, sin sus amigos, quizá no hubiese sido del todo Flaubert. Pero lo que es seguro es que Emma, sin el desdén que su autor sentía por el mundo que describía, no hubiese sido nunca Madame Bovary.